¡Continuamos recorriendo la Patagonia a dedo hacia El Bolsón!. Nuestra primera experiencia a dedo había sido mucho más que buena. ¿Habíamos tenido mucha suerte? ¿todos los días a dedo iban a ser así? Estaba claro que no… y éramos conscientes de ello pero aún y sabiendo que no siempre te cogen a la primera, cuando llevas unas horas probando y nadie para… llega a ser desesperante…
Tito (el papi del la familia que nos había acogido en su casa) nos llevó a las 8:00h de la mañana a la entrada del pueblo ya que era el mejor lugar para probar suerte.

Como podéis ver… ¡no éramos los únicos!
El Chaltén es un pequeño pueblo que no está de paso hacia ningún lugar, es decir, está a unos 90km de la ruta 40 y más allá no hay nada, por lo tanto, no había mucho movimiento de coches y el poco que había era para moverse por el mismo pueblo.
Además, todos los mochileros que viajan a dedo también querían salir de El Chaltén y como no, todos se ponían a la salida del pueblo, igual que nosotros. Cabe decir, que nuestra posición era la mejor. Habíamos llegado los primeros y por lo tanto estábamos en primera posición para los coches que quisieran parar. Después de nosotros, tal y como podéis ver en la fotografía, había muchos más viajeros probando suerte… estaba claro que con ese panorama no iba a parar nadie…

Tras 7 horas de espera… tiramos la toalla…
Pasó una hora… dos… tres… así hasta ¡siete horas! Si, si siete largas y calurosas horas. Ese día no había ni una nube en el cielo y no hacía casi viento, el calor que hacía ¡aumentaba nuestra desesperación!
Tito, que había pasado por delante nuestro con su coche del trabajo cada hora para ver si alguien nos había recogido o no, finalmente vino y nos dijo «¿qué van a hacer chicos? Llevan muchas hora aquí y ahora ya no creo que pare nadie, vénganse a casa a descansar, coman algo y decidan que hacen»
Eran las 15h de la tarde, teníamos que decidir qué hacer… seguir esperando ya no era una opción. Así que nos acercamos a la estación de autobuses y compramos dos tickets para el siguiente autobús que nos llevara al siguiente pueblo. Salía a las 20h de la tarde así que hasta esa hora, nos fuimos con Tito a su casa ¡dónde íbamos a estar mejor que allí!
Ivan estaba bien, un poco frustrado por la decepción de esperar tantas horas y que nadie nos recogiera pero bien. Yo en cambio, además de la frustración tenía una insolación encima que no me aguantaba… nada más subir al coche de Tito empecé a llorar de lo mal que me encontraba y al llegar a casa, Cintia y Sandra, me hicieron una remedio casero para quitarme la insolación. Así que tomar nota porque el remedio no tiene desperdicio:
Me pusieron plato hondo lleno de agua encima de la cabeza, le prendían fuego a un algodón y lo metían dentro de un vaso y éste del revés, dentro del plato. En función del grado de insolación, el algodón absorbe el agua del plato y te la quita ¡conmigo llenaron 4 vasos de agua!
Yo no soy mucho de creer en estas cosas y no sé si es cierto o no. Lo que sí que sé, es que me encontraba fatal, tenía fiebre y una hora después de hacerme eso… ¡ya me encontraba mucho mejor!
Índice linkable del artículo
- 1 Recorre la Patagonia a dedo: el autostop te descubre la cara menos turística y auténtica
- 2 Planifica tu viaje a Patagonia por tu cuenta con estos descuentos
- 3 Reserva online tu transporte: tickets de bus, tren, barco, coche
- 4 ¿Preparando tu viaje a Argentina? Accede a nuestras guías GRATIS:
- 5 No viajes a Argentina sin seguro médico de viaje
- 6 ¡Llegamos a Esquel!
- 7 Parque Nacional de los Alerces
- 8 ¿Buscas vuelos a Argentina y alojamiento en Esquel?
- 9 Reflexionando: ¿Es viajar tan fácil como parece?
Recorre la Patagonia a dedo: el autostop te descubre la cara menos turística y auténtica

Perfecta luna en el anochecer saliendo de El Chaltén
Finalmente cogimos el bus a última hora de la tarde con la idea de parar en el siguiente pueblo, Tres Lagos (a 130 km) para pasar allí la noche y a la mañana siguiente seguir probando suerte con el dedo. Pero al llegar era solo una gasolinera en medio de un camino de cabras, y teníamos que andar 2 km hasta el pueblo porque el bus no te dejaba allí. Hablamos con el conductor y nos hizo una oferta especial para llegar hasta Perito Moreno (el poblado, nada que ver con el glaciar) por la mitad de precio (suponíamos que la agencia nunca sabría nada y ellos se embolsaban los billetes, pero no preguntamos). Era lo mejor que podíamos hacer, así que pasamos la noche en el bus y a las 7h de la mañana llegamos al desértico pueblo, Perito Moreno.
Teníamos que buscar alojamiento. Aún no teníamos tienda de campaña así que descartamos los campings… y el resultado fue algo normal cuando vas a un pueblo no turístico: no hay albergues y tienes que ir a un hotel de toda la vida, más parecido a un motel de carretera que otra cosa, que aunque sea modesto, vale más que un hostel.
Pasamos un día de relax, en el que entre otras cosas realizamos nuestra ya habitual conexión con el programa El Fanalet de Montcada Radio (¡escúchala en nuestro post: La entrevista del fin del mundo!). A la mañana siguiente fuimos a las afueras del poblado para hacer dedo, y conversamos con un chico francés que llevaba allí unos minutos con el mismo propósito. Una hora después paró un hombre americano (de Missuri) con una pick up que afortunadamente tenía lugar para los tres y nos llevó hasta Río Mayo, el siguiente pueblo. En Estados Unidos era constructor y estaba trabajando con una ONG para construir el futuro Parque Nacional Patagonia. Nos habló mucho de aquella árida zona, de su fauna y de cómo la gente de la provincia de Santa Cruz se había enriquecido con el petróleo (¡ahora entendemos esos precios tan altos en poblados de cuatro casas!).
Llegamos a Río Mayo y parecía que de un momento a otro fuera a aparecer un cowboy en el horizonte retándonos a un duelo. Era un pueblo aún más desértico que el anterior.

Desiertas calles del auténtico Río Mayo
Los caminos sin asfaltar, no había nadie por la calle… Una vez más tuvimos que ir a un hotel porque no había hostels. Éste, a diferencia del anterior, tenía encanto, era como una hacienda colonial así que estábamos más anchos que nunca. Aquí nos dimos cuenta de que cuando íbamos por la calle éramos más observados, y abundaban más los trajes típicos de los gauchos. Ésta es una de las cosas buenas de viajar a dedo. Vas parando en sitios mucho menos turísticos ¡mucho más auténticos! conoces lugares y personas que no están tan acostumbrados al turismo extranjero y es muy interesante observar sus reacciones de curiosidad ante nosotros.

Como podéis ver… ¡son calles con mucho tráfico!
Al día siguiente repetimos rutina autoestopista, y tras cuatro horas sin éxito decidimos jugárnosla y que alguien nos llevara al cruce de la ruta 40 (algo que intentamos evitar porque si una vez allí nadie te recoge, tienes que dormir a la intemperie y te puedes congelar con el viento!). Allí los coches pasaban a mucha velocidad, y cuando pintaba lo peor, un coche con una familia paró cerca para ir a dar una ofrenda a Gauchito Gil. Este personaje religioso es una especie de santo que está representado en muchísimos puntos de las carreteras patagónicas por una especie de figuras dentro de unas cajas rojas, en el interior de las cuales la gente le lleva ofrendas (alcohol, velas, cd’s… ¡de todo!), le pide deseos y le hace promesas… ¡muy curioso!

Lugares como éste son muy comunes a lo largo de la ruta ¡viva Gauchito Gil!
Pues gracias a Gauchito Gil esa familia pasó lentamente por delante nuestro e hizo caso a nuestras plegarias y nos «levantó» (como dicen aquí). Iban de vacaciones con sus dos hijos pequeños, con el coche iban lleno hasta arriba, el maletero a tope… ¡así que teníamos que subir con ellos con las mochilas encima nuestro! Unos de los niños pasó delante con la madre y el otro se quedó detrás con nosotros. Tendríais que haber visto el coche… no nos podíamos creer que funcionara, estaba que se caía a trozos y encima iba más lleno imposible… ¡un show!
Lo más curioso de todo es que pasaron muchos cochazos con sólo dos personas y apenas nos miraron… y ésta familia que tenía un coche viejísimo, que ya iban cuatro y que lo llevaban a tope fue la que paró para recogernos… ¿no os parece sorprendente? Es fuerte que en esta vida quien menos tiene es quien más da… ¡Ahí lo dejamos!

Precioso cielo… pero ya teníamos ganas de ver algún arbolito ¿eh?
Argentina a veces nos recuerda a España hace unos años en tema de educación vial… pero más heavy. Si la familia anterior que nos había acercado al cruce iba a toda pastilla por una carretera de piedras (la ruta 40 aún tiene muchos tramos sin asfaltar) y llevaba a su hija de 2 años sola (¡y de pie!) en la parte trasera del coche, ahora íbamos con nuestros nuevos 4 amigos (sumábamos 6), por supuesto iban todos sin cinturón, y no paraban de jugar a pegarse todo el rato entre ellos (niño 1 con niño 2, niño 2 con padre conduciendo, niño 1 con madre). Nada de eso de «no distraer al conductor». Al mismo tiempo que se pegaban entre ellos, la madre nos iba sirviendo mates a todos. Era todo un espectáculo y nosotros allí dentro con ellos casi sin podernos mover de lo apretados que íbamos con las mochilas encima. Es que en España somos demasiado disciplinados y cuadriculados ;).
A todo esto los dos niños eran discapacitados y no lográbamos entenderlos, pero no importaba porque medio con señas siempre se reían. Al que iba detrás con nosotros, cuando se le acabó la batería de tanto enseñarnos vídeos con el móvil, Iván lo activó demasiado jugando a pulsos chinos y otros juegos de reflejos. Y claro, lo revolucionó. Al principio era divertido pero el viaje se empezó a hacer un poco largo cuando el niño comenzó a morderle y a reírse, a tirarle del pendiente y decirle “nena”, a guiñarle el ojo y lanzarle besos (¡qué cachondo!)… era un poco incómodo porque no sabíamos muy bien cómo hacer que parara pero finalmente los papás se dieron cuenta y con unos buenos pellizcos en las piernas lograban que se calmara. ¡Imaginaos la situación!
Planifica tu viaje a Patagonia por tu cuenta con estos descuentos
¡Lo más importante! 5% de descuento en tu seguro de viajes AQUÍ
Reserva online tus tickets de autobús, tren o barco AQUÍ.
Reserva hoteles baratos en Patagonia AQUÍ.
Busca ofertas de vuelo a Patagonia AQUÍ.
Ahorra en excursiones y traslados en Patagonia AQUÍ.
Reserva online tu transporte: tickets de bus, tren, barco, coche
Booking para alojamiento, Skyscanner para vuelos… pero ¿qué pasa con los transportes internos? ¿Dónde puedo reservar online los billetes de bus o tren? ¡Pues hemos descubierto Bookaway!
En nuestra vuelta al mundo, cada vez que cambiábamos de país teníamos que encontrar de nuevo una web nacional o portal donde poder comprar billetes de bus, registrarnos de nuevo… ¡era un rollo! Encontramos a faltar un portal web mundial que te permitiera reservar billetes de tren o autobús en cualquier país del planeta. ¡Pues eso por fin ha cambiado!
Aquí te dejamos un enlace a una web que hemos descubierto donde podrás reservar una plaza en el transporte que quieras. Haz click en la imagen:
¿Preparando tu viaje a Argentina? Accede a nuestras guías GRATIS:
No viajes a Argentina sin seguro médico de viaje
Si estás pensando en viajar a Argentina, tras comprar los vuelos lo primero que tienes que conseguir es contratar un buen seguro de viaje internacional. Un pequeño accidente o una enfermedad te puede salir muy cara, ¡haznos caso!
Hemos comparado un montón de opciones para que sepas cuál es el mejor seguro médico según tu destino y tu forma de viajar. ¡Y además te hemos conseguido un Descuento en tu seguro IATI de un 5%
Si quieres saber cuánto te costaría el seguro médico para tu próximo viaje haz aquí mismo una simulación con IATI Seguros y compara rápidamente todas las pólizas para saber cuál te sale mejor 😉 (el 5% de descuento lo verás aplicado en el precio final):
Si estás buscando el mejor seguro para viajar a Argentina, ahora mismo te enseñamos a contratarlo online en 5 minutos. >> Lo encontrarás todo en este artículo (el descuento también;)
Y así llegamos a Gobernador Costa, habíamos logrado hacer más de 300 km en un día, ¡no está nada mal! Nos despedimos de la familia tras comprarles una humilde tienda de campaña, ya que ellos tenían más y en el próximo destino (Esquel, donde viven del turismo de montaña) nos iba a costar una pasta. ¡Por fin teníamos tienda! La compramos a muy buen precio puesto que era de segunda mano.
En Gobernador Costa era la fiesta provincial del caballo, hacían concursos de doma, asado, espectáculos ecuestres, carreras etc. Nos costó encontrar alojamiento porque había venido mucha gente de fuera, pero buscamos el hotel más humilde y tuvimos suerte: ¡ya teníamos sitio para dormir esa noche y seguir nuestro viaje a dedo!
¡Llegamos a Esquel!

¡Hemos triunfao nenes! ¡nos llevan en camión!
A la mañana siguiente, a los 5 minutos nos paró un camionero que iba a Esquel, nuestro próximo objetivo. ¡Qué suerte! No nos lo podíamos creer ¡nunca nos habían levantado tan rápido!
Esquel era más grande de lo que pensábamos. Allí está La Trochita, un antiguo tren a vapor que te lleva por la zona, pero valía 30 euros por persona ¡una burrada! Así que nosotros decidimos centrarnos en nuestra misión: comprar todo el equipo de camping que nos faltaba (sacos, esterillas, etc.) y cambiar dólares por pesos argentinos. Tras una estresante tarde de compras, pudimos hacerlo todo y tocaba descansar.

Es lo bueno de los hostels… ¡siempre te encuentras buena gente!
Estuvimos 2 días en el hostel La Casa del Pueblo, muy recomendable y con gente majísima. Como Nico, un chico de Buenos Aires que estaba trabajando la temporada en el albergue. Esa noche también conocimos a otros viajeros, no íbamos a estar mucho tiempo allí pero hicimos buenas migas. Además llevábamos días durmiendo en pueblos dónde no había ningún turista así que fue bueno relacionarse con gente de nuevo.
Los próximos 3 días los pasaríamos acampando en el Parque Nacional de los Alerces. La mayoría de turistas extranjeros van directos a El Bolsón y no suelen parar aquí, es un parque más de turismo local. Pero nosotros teníamos que hacer tiempo hasta el día 15 de febrero… ¡al final de este artículo descubrirás porqué!
Parque Nacional de los Alerces
Compramos un billete de autobús abierto por 14 euros, con el que puedes hacer cada día un tramo del parque en bus. Importante: ¡sólo hay un bus al día! hay que pedir la hoja con los horarios para saber cuándo pasa por cada campamento o pueblo del parque nacional.
Los tres días en el parque fueron estuvieron muy bien. ¡Era la primera vez que vivíamos gracias a nuestro recién estrenado equipo de camping! nos sentíamos más libres y sabíamos que nos iba a permitir ahorrar muchísimo. En el parque había incluso campamentos gratuitos en los que no pagamos un duro. De todas formas, estábamos un poco cansados de tanto trekking y nuestras mentes ya pensaban en El Bolsón.
Las caminatas que hicimos fueron muy poco aventureras y el paisaje se repetía un día tras otro: cada día veíamos un lago diferente, pero muy parecido. El paisaje era realmente bonito, pero repetitivo y además teniendo Torres del Paine tan reciente, creemos que infravaloramos el Parque de los Alerces un poco injustamente.
Nuestras paradas dentro del parque fueron: Lago Futalaufquen, Lago Verde y Epuyén, aquí tenéis un poco de resumen en forma de imágenes:

Parque Nacional de los Alerces

¡Ya nos «levantan» incluso sin pedirlo! jejeje
Al llegar a Epuyén fuimos a la oficina turismo, y nos dijeron que debíamos coger un autobús que nos llevara hasta el otro lado del pueblo porque había unos 6 km, imposible hacerlo a pie. Nos pusimos en la carretera dónde nos dijo la chica a esperar el autobús y sin nosotros pedirlo, sin ni siquiera sacar el dedo, nos recogió un chico con una furgoneta pick up y nos llevó hasta dónde necesitábamos. Nos pareció un poco extraño… no sabíamos muy bien si fiarnos o no… Es curioso como la sociedad en la que vivimos ha hecho que lleguemos a desconfiar de las buenas intenciones de la gente ¿verdad? Qué triste… cuando alguien es demasiado bueno siempre pensamos que algo querrá o que sus intenciones no son buenas… y éste chico simplemente vio que necesitábamos ir hacia dónde él iba y decidió ayudarnos sin más y ya está ¡es así de sencillo! Cuantos valores estamos aprendiendo… ¡qué bonito!
Si en el Parque Nacional de los Alerces vimos poca gente… Aún había menos en Epuyén. Pero los hostels eran carísimos, mínimo 15 € pax, así que a pesar de querer dormir en una camita porque llevábamos unos días de tienda, decidimos seguir de camping que costaba 5€ pax ¡ya descansaríamos bien en El Bolsón!
Al día siguiente visitamos el lago, pero no teníamos muchas ganas de caminar. Así que sólo fuimos hasta el primer mirador para hacer algunas fotos:

Vistas del lago Epuyén
A las 14h cogimos un bus local hacia El Bolsón. Era muy barato, solo costaba 3€. Pasa por delante de los campings y los puedes parar levantando la mano, sólo hace falta consultar los horarios que tienen antes para no esperar todo el día.
¿Buscas vuelos a Argentina y alojamiento en Esquel?
¿Te ha resultado útil toda la información que has encontrado aquí? ¿Te hemos ayudado? Pues si buscas tu vuelo a través de nuestro buscador de Skyscanner o reservas tu alojamiento con nuestro buscador de Booking, a ti te costará igual (mismo precio) y nosotros nos llevaremos una pequeña comisión por ello ? ¡Gracias!
- Encuentra vuelos baratos en Skyscanner
- Reserva tu mejor alojamiento en Booking
Aquí te dejamos nuestras recomendaciones en cuanto alojamiento en Esquel:
- Si lo que quieres es alojarte en un hostel económico, te recomendamos este alojamiento low cost (qué es donde nos alojamos nosotros): La Casa del Pueblo
- Si el presupuesto no supone un problema para ti, y puedes permitirte pagar un poco más para estar más cómodo y disfrutar más de tu alojamiento, te aconsejamos que te alojes aquí porqué tiene muy buenas críticas y está perfecto ubicado: La Posada B&B
Reflexionando: ¿Es viajar tan fácil como parece?
Creemos oportuno hacer una pequeña reflexión a estas alturas del viaje. Todos aquellos que hayáis viajado por largos periodos de tiempo nos entenderéis… viajar es genial, es divertido, es enriquecedor y para nosotros, es lo mejor del mundo está claro. Pero viajar no es fácil y también cansa. Cada dos o tres días cambias de lugar, has de buscar lugar donde dormir, buses que te lleven aquí o allá, comparar todo para encontrar los mejores precios, casi nunca nada sale como uno prevé, tu alimentación a menudo no es la más adecuada, si vas de camping no descansas igual, cada vez que llegas a un lugar nuevo tienes que ir a visitar todo lo que haya por ver porque en dos días te irás a otro lugar…. en definitiva, todos estos factores, al cabo de los meses acaban pasando factura y te acaban agotando tanto física como mentalmente.
Con esto no nos estamos quejando de nada ¿eh? Estamos más que felices y seguimos pensando que no queremos que esto acabe nunca pero sí que es cierto que sentimos el cansancio en nuestro cuerpo y esto hace que quizás estos últimos lugares que estamos visitando no nos estén resultando tan fascinantes. Llevamos ya 3 meses viajando, yendo de un lugar a otro sin parar así que ahora más que nunca necesitamos un pequeño parón en el viaje. Queremos establecernos varios días en el mismo lugar, descansar, tener una rutina, vivir como la gente de aquí ¡reponer un poco las pilas! Y que mejor manera que… ¡haciendo Wwoofing! Trabajando como voluntarios en una granja durante dos semanitas a cambio de alojamiento y comida ¿no os parece súper interesante? A nosotros nos encanta la idea y además, lo necesitamos.
Finalmente… ¡hemos llegado a El Bolsón! Llevábamos unos 15 días esperando alcanzar este maravilloso destino ¡no nos decepcionó en absoluto! El pueblo es precioso y nuestra experiencia en la granja como Wwoofers ¡inmejorable!
En el próximo post os lo contamos todo así que atentos porque nuestras experiencias como granjeros ¡os van a encantar!
Entiendo perfectamente la reflexión final!! Hace falta un «recargarse» y saber dónde estás, pero desde Barcelona te digo que ojalá estuviésemos cansados de viajar otra vez!! 🙂 Petonets!
¿Quien mejor que vosotros para entendernos verdad? 😉
Ahora ya hemos estado las dos semanitas en la granja currando, descansando, comiendo bien, durmiendo bien…jejejeje así que ahora ya estamos a tope y con las pilas totalmente cargadas para seguir la aventura! Mañana partimos hacia nuestro siguiente destino y ¡con muchas ganas!
Un abrazo muy grande pareja!
¡Hacer dedo me ha gustado! Haha!
Como dije en el anterior post que escribí, me engancho a cada post que hacéis! Hay veces como hoy que me he tenido que leer dos seguidos (éste y ‘empezamos la ruta 40’); no os podéis imaginar como absorbe de tiempo la academia! Por suerte ya he pasado el ecuador, y ya he empezado a restar para graduarme!
¡Espero con ganas el próximo post para veros como granjeros a los dos!
¡Un abrazo grande guapus!
Miguelín! Gracias! no sólo por leer, si no por comentar de vez en cuando, no sabes lo que anima cuando estas tan lejos jaja Mañana es nuestro último día de wwoofing y ya continuamos otra vez el viaje con energía renovada! Dale duro a la academia que ya te queda menos! Suerte figuraaa!! Un abrazoo!